Presencia
"Del lat. praesentia.
1. f. Asistencia personal, o estado de la persona que se halla delante de otra u otras o en el mismo sitio que ellas.
2. f. Asistencia o estado de una cosa que se halla delante de otra u otras o en el mismo sitio que ellas."
Estar presentes es estar en lo que se está haciendo, hablando, sintiendo, ahora, en este momento.
De hecho, personalmente, creo que va más allá. Es tener todos los sentidos, cuerpo, mente y emociones (energía) en lo que estás haciendo. Es estar ahora con todo tu ser. Es una forma de amar. Lamentablemente pocas personas veo presentes.
La mayoría de las veces estamos inmersas en la Matrix, sí, lo digo en plural. Porque me he dejado llevar por la Matrix, la onda expansiva de lo que vamos normalizando sin que sea natural. Tiempo, es lo que me vuelve a dar el Crohn para conectar con mi presencia, mi dolor, mis carencias y mis vulnerabilidades, para reconocer que me he vuelto a dejar llevar por algo que me enferma, la sociedad de la prisa y el ruido.
No voy a justificar lo que me ha traído aquí, es cierto que está lejos de lo que hace 12 años me llevo a ese gran brote, al final ha habido mucho trabajo personal y mucho conocimiento adquirido de diferentes materias.
La cuestión es que volví de Nepal más presente y conectada que nunca en mi vida, y la vida me puso grandes retos delante que me vuelven a traer al ahora en una situación similar.
Al final no aprobamos todos los exámenes vitales, y la vida en su generosidad te vuelve a dar la opción para que saques hasta nota. Una y otra vez hasta que aprendes la lección. Muchas hay que aprender.
Desde septiembre hacía que no escribía nada en este blog que precisamente cree para compartir, para crecer y soltar, ayudar siempre de fondo y estar presente en contacto conmigo y con todo. Como yoga, que tanto me da y que ya es mi forma de vivir.
La cuestión, queridos, es que nuestra mente está lejos de estar presente. Enfrascada en el pasado o acelerada por intentar controlar el dichoso futuro y eludir constantemente el presente, para "no pensar". Por favor, es precisamente para tenernos atados y dependientes de cosas que no nos aportan ni suman si le dedicamos mas tiempo del preciso. Eso nos está enfermando.
Asi nos va como nos va respecto al estrés, ansiedad, depresión y tantas enfermedades mentales. Tenemos la mente colectiva enferma, enferma y grave de prisa, de hacer lo que supuestamente dicen que haciendo ( como consumir redes sociales, como comprar, alcohol, tabaco, pastillas...) te va a hacer sentir bien. Y claro que sí, pero solo un instante, por eso cada vez echamos mas y mas horas a las pantallas, buscando amor donde no se nos puede dar. Conexión donde solo hay perfiles en su mayoría alterados.
Ese no es un hacer presente, eso es evadir, es fingir, es evitar, huir de la realidad.
Cuando estamos con el resto de personas, fijaos, es imposible no ver móviles. Cada vez que miramos el móvil, no estamos en el presente, nos hemos ido a otro lugar, otra persona que tampoco está donde está, nuestro cerebro se resetea y limpia la información inmediatamente anterior, se nos borra la memoria.Y, por su puesto, esto se transmite, se contagia. Si estamos con amigos, con la pareja, con quien sea, y nos dirigimos a cualquier cosa menos a esa persona, teniéndola tan cerca nos aleja de ella. El cerebro de la persona que no está siendo atendida, se siente mal, se siente pequeño, ignorado, herido. Y por eso esa persona se refugia en lo mismo para huir del dolor del rechazo.
Imaginaos el daño a los más pequeños, por favor, así están las cifras en jovenes y niños, que asustan en cuanto a enfermedad mental. 1 de cada 7 jovenes entre 10 y 19 años tiene un TRASTORNO MENTAL.
Más de la mitad de los españoles de entre 15 y 29 años asegura haber sufrido problemas psicológicos o psiquiátricos en el último año. El 24,9% ha consumido psicofármacos en el último año y uno de cada tres chicos y chicas (35,4%) ha experimentado ideas suicidas.
Merecemos tener encuentros reales, presentes, conscientes. Merecemos lo mejor y no, no lo tenemos. Por eso andamos como zombis de cualquier cosa que genere oxitocina, la hormona del amor. Faltos de esa atención, presencia y amor, porque estar presente para otra persona es amarla, la buscamos fuera.
Debemos aprender a estar presentes otra vez, a ver gestos, escuchar en verdad las palabras, mirar los ojos, a prestar atención a la vida de los que queremos, a atender las manos y tocar no solo la piel, también el alma, el corazón. Volver a amarnos y dedicarnos tiempo de calidad, del de verdad.
Dime, ayer ¿con quien estuviste? ¿Qué te contó? ¿Cómo estaban sus ojos? ¿sentías a esa persona alterada, mal, diferente? ¿como era su tono de voz? ¿Qué te dijo importante que fuera en un tono distinto, bien bajo o bien alto?
Se sincer@, a ver si puedes contestar a estas preguntas. Yo la verdad es que nos veo más alejados, y eso que las redes estaban para acercarnos. Hemos olvidado la presencia del momento para centrarnos en lo fácil y asequible en la mano.
Paradójicamente los cuerpos están juntos, las mentes separadas. Y esta disonancia nos aleja y enferma. Cuanto antes lo notes, antes mejorarán tus relaciones, no solo con los demás, también contigo.
Cuando bebas café, bebe café; cuando alguien te hable, deja el móvil, las pantallas por favor. Se lo debes, te lo debes.
Yo de momento vuelvo a mis raíces, a conectar conmigo en primer lugar y a darme cuenta del lugar que merezco, que es lo mejor. Merecemos lo mismo que ofrecemos, date cuenta si eso te asusta o te relaja.
Recuperemos la atención, la presencia, el amor, no nos acercamos, nos estamos alejando, depende de cada uno responsabilizarse de esto.
Cada vez que quedes con tus amigos, familia, proponed dejad los móviles fuera de la mesa, de la charla, una hora, dos, el mundo puede esperar, creedme. Muchos sabemos que eso es posible, cierto y vivíamos mejor, menos acelerados, menos enfermos, mas sonrientes.
Presente, aqui, ahora, escribiendo, sintiendo, consciente.
Comentarios
Publicar un comentario