Conscientes y sin prisas

Hacía mucho que no me apetecía escribir ni sabía bien sobre qué hacerlo y ayer me vino la inspiración. 

En el camino de conquistar una mejor calidad de vida, se vuelve imprescindible aprender a concederse y valorar algunos tiempos de "NO HACER NADA". 


Los terapeutas establecen que alejarse de una situación o retirarse definitivamente de un problema es escapismo, algo que no solo no ayuda sino que perjudica seriamente, ya que se produce un alejamiento de una situación que se debe asumir para poder superar, pero hacerlo por un momento y consciente de regresar a afrontarlo no tiene nada de eso: eso es DESCANSO Y RECARGA DE ENERGIA INTERNA.

No pasa nada por estar unas horas, incluso un día/días sin telefono móvil y sin ordenador, de verdad que el mundo no se paraliza por ello ni se causa una hecatombe.
Es curioso como la primera vez que lo haces puede incluso llegarte un sentimiento de culpabilidad  o inquietud por si alguien te llamara o sucediera algo, y es entonces cuando has de decirte que antaño no existia ni el móvil ni internet y las cosas estaban exactamente igual, incluso había más preocupación por los demás, más deseos de pasar tiempo juntos y hacías por encontrarte con esas personas a las que aprecias.

La situación actual, la crisis, inseguridades, rutinas, hacen que actuemos sin pensar ni sentir, ¿no os sentis a veces como si funcionarais por inercia? La serenidad se ha perdido porque se nos ha enseñado desde pequeños que hasta que no tengas estudios, hasta que no tengas trabajo, hasta que no tengas casa, hasta hasta... etc etc etc, no puedes estar "bien". El interminable "hasta".

Esta es una satisfacción basada en resultados, la mayor parte de las veces materiales, que no llena nuestro mundo interior, realmente siempre buscas y buscas sin terminar de llenarte porque siempre habrá cosas que aprender, cosas que conseguir, no se puede tener todo lo materialmente posible y realmente la pregunta correcta es ¿para qué? ¿qué es lo que me hace realmente feliz? ¿en serio quiero estudiar esa carrera o tener una casa en la playa?


El mundo interior que todos tenemos, pero que no dejamos hablar ni pronunciarse desde hace tiempo, es el que nos proporciona el equilibrio necesario en la vida, es el que nos hace ver lo pequeño como algo maravilloso, el que almacena emociones, sentimientos, el que nos hace vivir realmente, el que nos muestra qué queremos.

Así pues debemos huir de la angustia de correr, de sentirnos vacios haciendo cosas que no nos gustan o no nos aportan nada a nuestras vidas. Hay que abrir los ojos y tomarse el tiempo necesario para ESCUCHARNOS sin prisa ninguna. Los tiempos los marca uno mismo. La vida nos demuestra que terminamos haciendo mas cosas cuando menos prisas tenemos al hacerlas, y cuando menos permitimos que nos distraiga el acoso de lo que se tiene que hacer después. Y sobre todo hacemos más cuanto más queremos hacer algo que nos llena, que nos motiva.

Las prisas nunca han sido buenas consejeras, no permiten disfrutar plenamente del momento y encima sentimos que el tiempo pasa demasiado deprisa porque hacemos mil cosas la mayoría de las cuales son por inercia y las que realmente deseamos hacer no podemos por "falta de tiempo". 

Cosa que nunca deja de sorprenderme, ahí quien habla ¿el miedo? ¿la inseguridad? ¿la excusa? pensémoslo bien, ¿qué te impide sacar tiempo para hacer lo que realmente deseas en el mundo más "comunicado e interelacionado" conocido? Ahora tenemos acceso a una información completa, tenemos el mundo a un click, y ¿ te excusas en que no puedes, no sabes cómo, no encuentras como?  Venga, seamos sinceros con nosotros mismos, nos asusta el cambio, nos asusta ser "diferentes", nos asustan las relaciones en su amplio sentido, el discutir, el intercambiar, el tener que empatizar, comprender, entender... a los demás.

Es más fácil seguir con la vida que se nos "impone", que se nos "educa", las conversaciones en 140 caracteres, los encuentros fortuitos y casuales sin complicaciones. Lo difícil es pararse a pensar realmente en uno mismo y atreverse a hacer de la vida lo que realmente se quiere, a tratar a las personas como nos gustaría que nos trataran a nosotros, a mantener relaciones duraderas.

Atreverse a conocerse uno mismo es la más dura y gratificante experiencia vital y eso, solo puede hacerse en silencio con uno mismo, alejándose de la corriente, siendo uno mismo. De esta manera se toma distancia para saber qué se quiere, con quien pasar el tiempo, equilibrarse, escribir, hablar...
 
Así que está demostrado que pararse a reflexionar, desconectar realmente de todo, ayuda a sentirse mejor con uno mismo, a sonreir por lo logrado y agradecerlo, y dedicar unos minutos al dia a "no hacer nada", como mínimo. Por probar.... y si, no hay excusas, las buscamos ¿quien no tiene 5 minutos al dia?.

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