Renuévate con cada estación

     Muchas veces me encuentro con personas que me dicen lo encantadas que están con este clima inusual que estamos teniendo. Este veroño que hasta ahora habíamos tenido, que permitía incluso bañarse en el mar. Ahora este invierno está siendo extraña y peligrosamente cálido de momento.

     Pero hemos de parar a recapacitar un segundo en la madre naturaleza y en el porqué de las estaciones del año. Cada una de ellas juega un papel importante dentro de la naturaleza y, recordaré siempre que pueda, que nosotros formamos parte de ella. Es por tanto que sufrimos las consecuencias de una alteración de estas estaciones en nuestro cuerpo, mente y emociones.

     Me alejo de mis ganas de reivindicar el cuidado de la naturaleza como especie supuestamente superior, y me voy a limitar a hablar de las estaciones, siendo abogada del invierno, en particular.

     El mundo se muda con las estaciones, como antes con otras palabras decía. En primavera la vida brota, llenando nuestros paisajes de colores llenos de vida, vivos y esplendorosos. El verano llega cálidamente, como sucesor de una primavera emergente, que se encarga de llenar de vitalidad todo, a la par que los días son más largos y toda la naturaleza aprovecha al máximo. Pero pensándolo bien, esto mismo provoca agotamiento, desgana, no es extraño que siempre se de reposo en esta época del año por norma general. El otoño lo que hace es soltar lastre, dejar caer hojas, aparecen lluvias y vientos, y perder poco a poco, esos colores tan llamativos dando paso a una muda de piel/alma que nos invita al recogimiento, a la llegada del invierno. En el invierno los días son más cortos y las noches más largas. Las visitas en casas son más frecuentes y el frío invita a manta y una buena taza de té. A lecturas y amigos, a celebraciones en familia y belleza blanca en el paisaje.

      Estos ciclos nos influyen a las personas igual que sucede con el resto de la naturaleza. La luz de la primavera impregna esa esencia de ganas de la niñez o juventud. El verano se nos aparece con vigor y disfrute, el de la edad adulta, mientras que el otoño se presenta como los frutos de un atardecer bello otoñal y llegando finalmente al sereno y tranquilo invierno que cubre de blanco y plata las altas cumbres.

     Gracias al invierno el año nuevo llega y todo comienza nuevamente. Bienvenido sea el invierno, época de pausa, de recogimiento, contemplación, hogar y calor de lumbre. Que el invierno nos ayude a encontrar unos ritmos propios, a organizarnos interiormente y a saber valorar su belleza, esa de la que hablan las montañas que las permite engalanarlas con el manto blanco.

     No odiemos el invierno,  pensad qué seria si los 365 días del año fuesen verano, un soberano aburrimiento, igualmente en el caso contrario. El cambio en la naturaleza es necesario, en nosotros también. 

Las estaciones del año son realmente importantes para el mantenimiento de la vida en nuestro planeta. Para entender dicha importancia, es necesario saber que estas estaciones se producen por la rotación de la tierra. A medida que la tierra rota sobre su eje, hay ciertas zonas que se alejan más o menos del sol, esto influirá considerablemente en los cambios climatológicos de cada zona del planeta, dando lugar a cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) que se irán sucediendo alternativamente en cada una de las regiones del globo.

... de Importancia: http://www.importancia.org/estaciones-del-ano.php

Tengamos en cuenta que los seres vivos, tanto animales como plantas, van a depender muchísimo de estos cambios climáticos. Así, cada estación estará directamente relacionada con las etapas de apareamiento o la hibernación en los animales. Asimismo, las plantas también realizarán sus diferentes ciclos dependiendo del tipo de clima que impere en ese momento.

Si observamos esto último podremos ver que un clima homogéneo no sería en absoluto bueno y que trastocaría por completo la cadena alimenticia de nuestro planeta.

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