Resiliencia, cuando la vida te obliga a ser fuerte.
A estas horas, 0:50 de una noche del 1 al 2 de septiembre me permito reflexionar en voz textual porque ni con tapones puedo dormir. Mucho se habla de la resiliencia, de este concepto que tanto nos gusta. Al menos a mi personalmente me gusta mucho y creo, por qué no decirlo, que soy resiliente. Como casi siempre a la fuerza es cuando se obliga a ser fuerte, a salir adelante, porque el resto de opciones no quieres ni pensarlas.
Resiliencia significa, según la RAE:
"1. Capacidad de adaptación de un ser vivió frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
2. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido."
El vocablo "resiliencia" procede del latín "resilio", que significa volver atrás, rebotar. El término se adaptó a las ciencias sociales para dotar de significado o característica a esos seres vivos que a pesar de haber vivido y tenido que afrontar situaciones adversas, se desarrollan sanos y exitosos.
Para la física, "Resiliencia" es la capacidad que tiene un cuerpo para volver a su forma original despues de haber sufrido deformaciones por culpa de la fuerza.
Esto aplicado a la psicología tiene ese significado tan potente de afrontar las adversidades y salir fortalecido gracias a ellas, es la habilidad que los seres humanos, todos, poseemos para superar las adversidades y “regresar” a nuestro estado habitual.
Generalmente, las personas logran adaptarse y sobreponerse, con el tiempo, a las
situaciones que cambian dramáticamente su vida y que aumentan su estado
de tensión. ¿Qué les permite adaptarse? pues de lo que os estoy hablando todo el rato, la
resiliencia, la capacidad para adaptarse y superar la adversidad. Ésta
se aprende en un proceso que requiere tiempo y esfuerzo y que compromete
a las personas a tomar una serie de pasos.
Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta
dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes
en las personas que han sufrido adversidades o traumas en sus
vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia está lleno
de obstáculos que afectan nuestro estado emocional.
A cualquiera le afectan los obstáculos, pues poneos por un momento en el lugar de esa persona a la que detectan una enfermedad grave o quien sufre un accidente.
La resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona. Cualquiera puede trabajar la resiliencia.
Muchos estudios hacen patente que uno de los factores más importantes en
la resiliencia es tener relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de
la familia. Relaciones que emanan amor y confianza, que proveen modelos a
seguir, y que ofrecen estímulos y seguridad, contribuyen a afirmar la
resiliencia de la persona.
Os garantizo que el amor nunca, pero nunca, está demás. Que palabras de aliento, compañía y afecto hacen más bien del que podemos imaginarnos. Las personas que tienen que afrontar situaciones complicadas necesitan ración triple de todo esto.
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La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo. Lo que personalmente llamo soñar con los pies en la tierra. Se trata de ver tus límites, aceptarlos y trabajarlos. Lejos de resignarse, que no trae nada bueno. Hay que buscar la forma de ir dando pasos, por pequeños que nos parezcan. E incluso aunque veamos que vamos hacia atrás, puede que sea para coger impulso.
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Una visión positiva de sí mismos, y confianza en sus fortalezas y habilidades. No nos olvidemos que tenemos muchos puntos fuertes dentro de nosotros y que debemos confiar más en nosotros mismos. Recuerdo que los peores críticos que nuestro trabajo solemos ser nosotros mismos. Es el momento de ver lo bueno que se tiene, de hacer una lista con todas las virtudes y dejarla bien a la vista para que no se nos olvide. Yo durante muchos meses durante la experiencia más dura que he vivido, tenia un cuaderno bien cerca para escribir de todo, pero en las primeras hojas estaba todo lo que quería hacer y todo lo que había hecho. No dejé que se me olvidara.
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Destrezas en la comunicación y en la solución de problemas.
Sí, hay mil cosas que salen mal, pero también hay mil formas de solucionarlas. Hay que buscar el modo, pero se puede. Por eso la ayuda de los demás es tan buena y necesaria, porque a veces necesitamos ayuda y gente de confianza que nos eche una mano. Siempre digo que cuatro ojos ven más que dos, pues imaginaos ocho o diez. Comunicar como nos sentimos a veces no es nada fácil. Yo creo que he llegado a experimentar todas las emociones que soy capaz de expresar en un solo día. Por eso comunicarnos es tan importante, necesitamos hacer saber a los demás para que nos apoyen y ayuden.
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La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes.
Cuando tenemos una presión tan grande, tan sobrecogedora es muy muy difícil poder gestionarse bien. Yo no me gestiono bien ni cuando estoy de exámenes (estoy estudiando psicología, por si alguien aun no lo sabia). Y es difícil gestionar el estres, la responsabilidad, las cargas, los miedos, las inseguridades... Por eso es importante saber que cuando alguien está en una época difícil es mejor hacerle ver que está alterado, si eres de los que quieres ayudar. Y si eres el afectado, que te sepas ver, que sepas gestionar lo que te sucede y, volviendo al punto anterior, comunicar ese estado o que no estás en disposición de poder hacerlo como debe ser.Nos olvidamos que la soledad del enfermo, solo el enfermo sabe. Con esta frase propia quiero expresar que no se puede saber todo lo que supone para una persona una determinada situación. Podemos suponer, podemos imaginarnos pero os digo que no lo sabemos. Del poder de las palabras creo que seréis conscientes y del de las emociones también, por eso hay que ser cautos y sinceros con uno mismo y los demás.
- Agradecer.
La resiliencia te obliga a mantenerte flexible y hacer balance de la vida en la medida que usted vamos afrontando circunstancias difíciles y eventos
traumáticos. ¿cómo podemos obligarnos a ser flexibles?:
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Dejándonos experimentar emociones fuertes y también reconocer cuando tiene que evitarlas para poder seguir funcionando. Permitiéndonos ser.
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Salir adelante y actuar. También, dar un paso atrás cuando lo necesitemos para
descansar y así poder recuperar energías. No sabemos los picos de intensidad y dosificarse es necesario. Nadie mejor que tu te conoces.
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Pasar tiempo con aquellos a quienes queremos y recibir su apoyo y comprensión, y también su cuidado. No nos olvidemos que somos seres sociales y necesitamos a los demás. Necesitamos a los demás mucho más de lo que creemos. yo paso tiempos de calidad con los que quiero, es decir, me aseguro de disfrutar cada momento en compañía, porque he estado muy sola en algunos momentos. Eso lo saben bien quienes han afrontado una situación difícil
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Confiar en los demás y también confiar en sí mismo. Otra pieza clave. Se hace difícil a veces confiar en los demás. Aquí sería largo y tendido hablar de las expectativas que nos hacemos, de lo que "esperamos" de los demás porque creemos que los demás harán lo que nosotros creemos que estaríamos dispuestos a hacer en esa situación. Pero dejando esto para otro día, hay que confiar en los demás. Os aseguro que habrá gente que os sorprenderá y mucho. Y confiemos en nosotros, al fin y al cabo es seguro que nos conocemos y, si no es así, deberíamos empezar a indagar en nosotros.
En cualquier caso estas claves o tips no quitan para que si te sobrepasa la situación, acudas a un profesional, al psicólogo. Te darán herramientas para poder superar la situación y te ayudarán a entender por lo que estás pasando. La mente tiene muchas formas de hacerte olvidar, de protegerte, pero llegará un momento en que tengas que afrontar directamente eso que te pasa y un profesional puede ayudarte con eso. Para eso nos formarmos.Si estás en un periodo de crisis espero que te ayuden estas líneas y si no, mucho mejor. Espero sirva para entender un poco que es eso de resiliencia y que se vea de una forma más global.Es fácil reconocer a las personas resilientes porque son alegres, curiosas, siempre interesadas en aprender; buscan retos en su vida que las mantengan en un constante cambio, a los cuales se adaptan de manera sencilla. Cada uno de estos cambios es lo que las ha convertido en las personas que son y que, de alguna manera, las ha ayudado a ser flexibles; por lo que sus procesos de adaptación ante situaciones difíciles se efectúan de una manera hasta cierto punto natural.No lo olvidéis, todos somos resilientes o podemos serlo, todos.
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