Ansiedad, esa pandemia de la sociedad en que vivimos.

Igual el título de la entrada es un poco fuerte, pero cuanto más sé sobre la ansiedad más me doy cuenta de que en ciertos países no se produce y que decir pandemia es hasta quedarme corta con la cantidad de gente que toma ansiolíticos a diario.
No me gustan los títulos sensacionalistas, pero en este caso creo que es fiel a lo que, en mi opinión, sucede en cualquier ciudad "moderna". Madrid, Barcelona, Paris, Roma, Nueva York, etc, son ciudades plagadas de ansiedad, de prisas, de estrés, de lo inmediato. De personas que corren sin saber bien hacia donde ni por qué.

Yo misma estoy experimentando un gran estrés que me lleva a preocuparme por si estoy adentrándome en la ansiedad, igual esto de estudiar psicología me hace ver el posible mounstro que se empieza a despertar.

Estoy leyendo mucho sobre la ansiedad y el estrés en psicología, parece que es la nueva epidemia que afecta y se desarrolla por este mundo en el que estamos. Entenderme que cuando digo mundo, digo sociedades avanzadas, aunque para mi esto de avanzadas tiene mucho que decir y de ello poco bueno, pero eso da para otra entrada.
En estas sociedades avanzadas, el primer mundo, se atreven muchos a llamarlo, es cierto que contamos con la tecnología para ayudarnos. Bien es verdad, que disponemos de muchas herramientas que hace años eran impensables y que ayudan a nivel médico, de investigación y de información, impresionantes. 
Pero tiene un lado oscuro, como todo. Soy consciente que me gusta el cariño, ¿a quien no? y estamos cambiando el cariño de besos y abrazos por likes, whatsapp, etiquetas y hashtags. Sí, hay interesantísimos artículos que hablan de ello. Si no estás en las redes, no existes.
Igual otras generaciones no lo notan tanto. Puede que los mayores de 50 años no tengan esta adicción a la comunicación inmediata, al ¡ya!, al posado y al mundo virtual. Ya hay numerosas alarmas sobre lo peligroso de esta vida virtual, que no deja de ser mas que una efímera parte de, la mayoría de las veces, momentos plagados de mentiras o verdades efímeras momentáneas, con filtros, cambios, para encontrar la foto que más guste. Porque nos gusta gustar, nos gusta sentirnos valorados y queridos. Y todo esto lo malinterpretamos psicológicamente, interpretamos esos likes de gente que ni hemos visto por cariño, por atención, por gustar. Ya hace tiempo dejé de lado twitter, estoy dandome un tiempo en instagram y tengo pensado hacer lo propio en facebook y hasta en whatsapp, avisados quedáis.
Enlazo esto de redes sociales con la ansiedad. Tenemos que estar pendientes, ya no solo de tu vida real, la física, la de verdad, la que suda, llora, se cansa, está triste y se enfada. También ahora tenemos que estar pendientes de las vidas de otros que constantemente nos dicen que si no tienes esa vida que aparentan, que se dan en redes sociales, no puedes ser feliz o no vas a serlo
Y tenemos que tener las mil plataformas digitales para estar a la última, y el último modelito de tal o cual famoso en instagram, y la ultima noticia, la última frase, constantemente actualizados para no quedarnos atrás. En el trabajo hay que rendir, y rendir bien, hay que preocuparse por pareja, familia, amigos, hijos y/o padres, limpiar la casa, colocar papeles, llevar al día las cuentas, ir de compras, pendientes de las citas médicas, y de estar guapos, de ir al gimasio etc etc etc. Estoy agotada solo de pensar un instante en todo esto.
Y comprar, ains las compras, todo para ya. Que no tarden que ponemos el grito en el cielo. Y llegar al trabajo rápido, en el coche que se tarda menos. Y de vuelta rápido también, "cuanto gilipollas hay suelto que va pisando huevos" pensamos mientras creemos que somos los Fernando Alonso de la carretera y que lo hacemos mucho mejor que todos los demás, rápido y bien, aunque miremos el movil de vez en cuando. 
Y discusiones por todo, por que se retrasan en un restaurante 5 minutos, porque el agua está demasiado fría o demasiado caliente, porque ha tardado algo más en traerte la cuenta, todo nos molesta. Todo son prisas. Porque has quedado en tomar café media hora con una amiga, nada más de tiempo tienes, y no escuchas nada de lo que dice porque cada 3 segundos miras el móvil, no dejan de saltarte notificaciones y eso hace que tu cerebro sea incapaz de retener lo que te está pasando en tiempo real. Y después tienes cita con el dentista. Luego tienes que ir al gimnasio y pasarte más tarde a comprar la comida al super para la cena. Te pegas una ducha, rápida, por su puesto, y luego cenas a mata caballo porque ya sin darte cuenta son las 22 horas, llevas sin parar todo el día y te vas a la cama con la mente en las mil cosas que hay que preparar para mañana. Te metes a las redes sociales y todo el mundo parece estar super bien, de todo menos cansado y estresado, menos tu. Eso te hacen sentir mal y decides subir una foto, porque tu no vas a ser menos que nadie, tu también vas a subir la felicidad para que otros crean que la tienes, que eres exitoso, que te den likes y corazones en instagram, que por un momento te haga sentir bien.

Pero no eres feliz, esa es la verdad, puede que sientas muchas cosas pero no felicidad. Estás mas que cansado, estás ignorando ese dolor de cabeza que lleva todo el día acompañandote. Ignoras como te duelen las lumbares cuando te sientas y que tienes el hombro derecho que suena como una carraca. Te sientes mal pensado en esa amiga que practicamente has desechado y que no sabes bien que le pasaba, acudía a tí pero tu estabas en tu mundo virtual, en el luego. Y te sientes mal también pero pasas por ahí de puntillas, ya la llamarás, no te apetece ponerte a pensar en eso. Te sientes mal porque postergas el ir a ver a tus padres o porque hace mil años que no preparas una sorpresa a tu pareja o a ese amigo/a que tanto te ha ayudado  y que realmente no sabes ni como le va.
Te tomas una pastilla, cualquiera, ibuprofeno, nolotil, lexatin, da igual, algo que te adormezca y que pare tu cabeza. Y te vas a la cama anestesiado, ignorándote, cansado, frustrado y con muchas emociones que ni te paras a identificar porque, seamos sinceros, eso te haría ver que está un gran estrés que puede derivar en ansiedad, encima tuya.Y así un día y otro y otro, unos con mas actividad y otros algo menos.

Todo este cuadro es muy típico, seamos sinceros. Todo eso que te pasa, esa sudoración excesiva, ese tic en el ojo, en la pierna, comer compulsivamente, mirar el móvil cada 3 segundos, bebemos demasiado, jugamos demasiado, trabajando demasiado, viendo la tele demasiado. Todo demasiado. Así lo tapamos, lo escondemos. 
La ansiedad es un síntoma, nos está indicando que no vamos bien. Que tenemos que poner de nuestra parte para atajar el problema y que seguir tal cual estamos no nos ayuda. Para mi la ansiedad es aprender a renunciar y aprender a aceptar. Ya me sucedió cuando tuve mi brotazo de Crohn, ya tuve que pasar por esto, pero claro con otra cara, de otra forma, con otros motivos. Normalmente en la vida se nos suceden episodios emocionales con fines distintos, aunque el síntoma sea el mismo. Vamos evolucionando, creciendo.
¿Y qué podemos hacer? lo primero tomar conciencia de la situación, aceptar que todo no puede ser, que no podemos con todo, que tenemos mucha carga emocional por los motivos que sean. No siempre estamos igual, a veces pasamos por situaciones de cambios, de problemas médicos, etc que nos afectan mas. Podemos hablarlo con amigos, que sepan nuestra situación y que estén al tanto de ella, que nos mimen y cuiden, que estén atentos a nosotros. Hacer esas cosas que te gustan, esos momentos que has ido dejando de lado, practicar actividades sociales, con gente. Necesitamos estar en contacto con otros fisicamente, nada de virtualmente. Conversaciones cara a cara, abrazos, besos y cariño, mucho cariño. 
Personalmente no creo que todo esto se arregle con una pastilla. Eso es seguir hasta que entremos en un agujero negro demasiado profundo. Hay que ver la realidad y tomar medidas cuanto antes. Quien quiera estar, estará. Quien te quiera, estará. Y si no hubiera nadie, estás tú. Tu debes priorizarte, debes quererte y cuidarte en primer lugar.
No digo que sea fácil, pero sí necesario. 
Os dejo este enlace a un artículo de cuerpo mente sobre la  Ansiedad.
Cuidaos mucho, también en lo mental y a relativizar, que nada es tan importante como uno mismo. 

*No pretendo dar orientaciones psicológicas, solo una aproximación personal a un tema tan complejo y tan, desafortunadamente, actual. Si crees que todo esto te es muy familiar, que te supera la situación que estés viviendo, te recomiendo acudas a un profesional de la salud mental, a un psicólogo.

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