Estamos atravesando una época complicada en la vida social humana del planeta con la situación del COVID19. Eso está llevando a muchas personas a realizarse, a diario, cuestiones psicológicas y emocionales.
Hoy quiero explicaros que cuando te enfrentas a la adversidad, la forma en que te explicas lo ocurrido impacta directamente tu mentalidad y tus relaciones.
Esto se denomina " estilo explicativo" y es un hábito que influye en tu forma de entender la vida.
Así que lo que hay que hacer es modificar tu estilo explicativo y una forma de hacerlo es cuestionarlo. No es tan sencillo como parece.
Comienza analizando racionalmente tus pensamientos y creencias.
Pon en duda tus propios pensamientos. Sí, parece un poco raro, pero os digo muchas veces que la mente nos engaña. Está diseñada para que sobrevivamos y por eso se inventa cosas, altera otra y rellena huecos según la conviene. Pero todo lo anterior no tiene porqué ser exactamente verdad.
Se que es complicado de entender, pero lo que cada uno percibe está íntimamente relacionado con nuestras herramientas a nivel emocional, psicológico y fisiológico. Cada cual vemos lo que nos rodea de forma parecida, menos mal, pero todos vemos cosas, sentimos cosas, de manera diferente a los demás en función de qué tengamos más desarrollado a diferentes niveles. Otro día profundizo en esto que es muy interesante.
Por todo lo que os comento, existen personas más sensibles, más atentas, mas rápidas, más activas, más emocionales, etc. Los números que acostumbramos a oír en las estadísticas, son medias, no hablan de cada individuo, principalmente porque no hay ni tiempo ni recursos suficientes para hacer estudios caso por caso y porque estos son mas cuestionables desde un punto de vista científico. Otro día os hablo del método científico detalladamente.
La cuestión es que para intentar extraer nuestras propias conclusiones y observarnos objetivamente, hemos de cuestionarnos nuestra mente y nuestras creencias.
Las creencias todavía son más difíciles de poner en duda. Las creencias son ideas que hemos ido interiorizando en nuestra mente normalmente de forma inconsciente y que, sin darnos cuenta, dirigen nuestros actos y nos impulsan a actuar de una u otra forma, sin que, en el fondo sepamos por qué.
Nuestras creencias comienzan a formarse en nuestros primeros años de vida, con la educación que recibimos de nuestros padres, sobre todo, dando por cierto todo lo que nos enseñan, ya que el niño no está preparado para examinar si los mensajes que le envían sus padres son correctos o no.
Por ello, si nuestros padres nos transmiten el mensaje de que “el mundo es peligroso” o que “no podemos confiar en la gente”, nosotros las incluiremos en nuestro subconsciente y actuaremos según ellas.
Desde niños, vamos interiorizando todos los mensajes que recibimos, tanto conscientes como inconscientes por parte de todas las personas que nos rodean, de ahí la importancia de quienes nos rodeamos cuando somos niños. Las filtramos con nuestra experiencia y, si se confirman, las grabamos como experiencias que nos resulten útiles para situaciones parecidas en el futuro. Esto, que en un principio es beneficioso ya que nos ayuda a no tener que aprender de cada experiencia como si fuera la primera vez, también puede ser perjudicial cuando la creencia es contraproducente.
Daos cuenta que cambiar algo que tienes interiorizado desde pequeño puede ser cuanto menos muy difícil.
Y es aquí donde entra lo que os hablaba de enfrentarnos ante la adversidad. Son tiempos diferentes, nos sacan de nuestra zona conocida, la zona de confort, y solemos acudir a nuestros pensamientos y creencias que ya tenemos grabados.
Pero si os dais cuenta, estas creencias pueden estar limitándonos, porque no todos hemos atravesado una situación de enfermedad o aislamiento en casa.
Aquí si que llevo "ventaja" y por eso creo que todo esto lo llevo de otra manera, en cuanto a mi persona.
Para ser optimista en una situación difícil, has de dejar de etiquetarte y cambiar lo que crees sobre ti mismo cuando te enfrentas a la adversidad.
Los pesimistas toman un evento negativo y permiten que convierta todo su trabajo, o su vida, en una catástrofe. Los optimistas reconocen que pueden haber fallado en un área, pero no permiten que ese fracaso afecte otras partes de su vida o determine su valor como persona. Somos mucho mas que nuestros pensamientos y emociones.
Recuerda que el optimismo va más allá de tener pensamientos esperanzadores, así que una vez que has cambiado tu estilo explicativo, el siguiente paso es tomar acción.
Lo que os puedo decir es que Los pensamientos positivos potencian emociones positivas (alegría, felicidad, ilusión, bienestar físico…), y también muchos comportamientos dirigidos a la gratificación y a la resolución de problemas. Se ha demostrado que quienes gozan de estas emociones incrementan su estado de salud. Se habla incluso de hasta 10 años de diferencia según la ciencia.
Cuando el estado de ánimo es sombrío la vida en general nos resulta deprimente pero si el humor mejora, las relaciones sociales, las esperanzas de futuro, la ilusión por todo es mucho más activa, gratificante y positiva.
Es difícil, lo sé, a mi misma me cuesta muchos días, pero mantengamos una actitud lo más positiva posible e intentemos contagiarlo a los demás. No nos olvidemos que necesitamos a los demás y los demás nos necesitan a nosotros.
Gracias por escuchar.
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