¿te montas películas en la cabeza?
Todos tenemos personas en nuestro circulo social, según la psicología no podemos tener mas de 30 personas realmente, porque no tenemos recursos ilimitados.
Tenemos capacidades limitadas como por ejemplo la atención. Por eso no existe la multitarea como tal, sencillamente damos prioridad a unas cosas antes que a otras, si bien lo hacemos tan rápido que ni nos damos cuenta. Muchas teorías en psicología hablan de un filtro que se encarga de atender en función de lo que estimamos más prioritario o urgente. Os animo a que investigueis por vosotros mismos toda la información que os doy.
Pues bien, con las ilusiones y expectativas pasa un poco lo mismo. En función de nuestra percepción, nuestras emociones y sentimientos hacia las personas, de la atención que den y demos, priorizamos y esperamos cosas de los demás.
Y no, no penséis que eso es así de fácil, que va. Entran aquí condicionamientos de la infancia, formas de entender las relaciones como la amistad, el compañerismo, la lealtad, la honestidad... y por eso, hablamos de decepción cuando realmente somos nosotros, con nosotros mismos, los que ponemos en los demás a veces metas muy complicadas de alcanzar.
Lo cierto es que las relaciones interpersonales son de lo más complejo a la par que simple, que podemos encontrarnos. Complejo porque coincidir mentalmente con las personas no es fácil, por eso encontrar amigos de verdad es complicado y pareja ni te cuento.
Entran aqui muchas teorías en mi mente, ya sí, porque llevo unos añitos estudiando lo que estudio que resulta que me apasiona y que encima lo encuentro muy clarificador para la vida, la psicologia.
Y claro resulta que vemos en los demás la paja ajena, curiosamente esa que nosotros mismos deberíamos ver pero que son los demás los que nos hacen de espejo.
Me explico, puedo criticar que una persona no deja de hacerme según que cosas y resulta que probablemente yo haga lo mismo con otro aspecto a otras. Eso sí, lo sano es hacerlo saber, que os prometo que de momento lo de la telepatía como que no. Asi que si no ponemos palabras a lo que nos gusta y lo que no, lo que nos hace sentir bien o no ¿cómo lo sabrán los demás? ¿como podremos mejorar las relaciones? ¿como podremos tenerlas sinceras y sanas?
Yo peco de ser observadora, sí, mucho. Esto viene de un condicionamiento de pequeña del que no he sido consciente hasta hace pocos años. La cuestión es que para yo poder estar tranquila, había de observar minuciosamente lo que me rodeaba y así lograba cierta "tranquilidad". Por eso mis apegos de pequeña eran ansiosos, siempre con algún temor a ser abandonada, ninguneada o rechazada (os animo a que investigueis lo de los apegos y sus tipos, es muy interesante e igual os reconocéis en alguno). Y de ahí que tuviera muchas expectativas hace años de ciertas relaciones que eran difíciles de cumplir y que al menor síntoma de alerta, rechazo y protección. Esto es un condicionamiento que ha marcado mis relaciones hasta que he sido consciente.
Asi que nos encanta poner expectativas en los demás, ilusionarnos con indicios que son solo eso, indicios o simples gestos. Y por eso, interpretamos que los demás son como los vemos en nuestra cabecita, con esas ideas que nos hemos generado nosotros mismos y claro, estar a la altura de lo que nuestra mente imagina, es prácticamente imposible para nadie. Y llega, ¡¡la torta!!.
Empezamos a echar balones fuera: "Es que no ha hecho tal o cual cosa", "es que yo quiero que haga esto", "es que no ha respondido tal o es que no me ha abrazado en este instante".
Venga os reconozco que hay cosas de índole humana y de empatía, como que si alguien llora un abrazo o consolar con palabras es algo que debería salir automáticamente. O que si alguien está pasando una mala racha ayudar a esa persona y hacerla sentir querida, también debería salir solo.
Pero resulta que ni esto es generalizado ni entendido así. Yo confieso que a veces hago cosas para hacer mis propios estudios con mi gente y os aseguro que no soy capaz de sacar mas que la conclusión que os digo, cada cual interpretamos una cosa y ni hablando, ni comunicando, a veces te entienden los demás por mucho que te haga falta. Cada cual en su proceso.
Asi que dejemos de montarnos películas en la mente. Las personas nos retratamos por como hablamos, como escribimos y lo que hacemos. Lo suyo es combinar todo. Eso se llama coherencia.
Si alguien te ama, te lo va a demostrar, te va a decir cosas buenas tuyas y te va a escribir mandándote besos y abrazos, por ejemplo.
Dejemos de pretender que los demás cubran nuestras carencias. Yo cuando alguien hace o no hace determinadas cosas, pues analizo si es que siempre yo hago o no hago segun que cosas, reflexiono si me he montado una película y ya decido o no hacer/decir. ¿haces tu lo mismo o reaccionas?
La inercia es malísima para las relaciones, también tengamos eso en cuenta. No podemos pretender que las cosas se cuiden solas o siempre sea igual, no. Hay que atender, cuidar y proteger lo bueno, cada cual sabe lo que le hace bien.
Ilusión sí, por compartir y por conocer a los demás. Ilusión mental propia de cómo debería ser una persona no, nos impide amarla como es y eso dificulta las relaciones. Porque amamos una ilusión, una película que nos hemos montado de esa persona.
Ante las dudas, pregunta. Si te gusta algo de alguien, si admiras algo de quienes quieres, DILO. Que nos encanta criticar pero eso de decir lo que admiramos parece pecado, ¡no me fastidies!, es absurdo. No vas a crear un monstruo, probablemente vas a subir su autoestima y a valorar a esa persona.
Si algo te molesta, DILO, que no somos videntes. Es gracias a la comunicación que nos podemos entender, apoyar y comprender. Se necesitan conversaciones incómodas a veces, para mantener relaciones saludables.
Y necesitamos a los demás, más de lo que nos gusta reconocer. Trabajo el personal, echar en cara poco, solo eso que nos hace sentir mal.
Antes de echar balones fuera, mira dentro.
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