La sexualidad, ¿cuesta hablar de ella?
La sexualidad es eso que todos tenemos que hace que nos sintamos bellos, apetecibles, atractivos a ojos ajenos. Es nuestra manera de querer que se nos mire y sentirnos seductores, agradables para los demás.
La sexualidad además es lo que nos permite "elegir" (aunque aquí el corazón tiene mucho que decir, por eso lo pongo entre comillas) a quien creemos podrá ser capaz de traspasar nuestros genes a la siguiente generación, como animales que somos, para posteridad de la raza.
Según los estudios las mujeres pensamos en el sexo cada dos o tres días, mientras que el hombre lo hace al menos una vez al día. Según estos datos generales, deberíamos ser capaces de hablar abiertamente del sexo y la sexualidad con la misma facilidad que lo hacemos de todo lo demás. La sexualidad no podemos negar que es una parte importante de nuestra vida ya no solo desde el punto de vista del placer, sino de la salud y la longevidad. Por ello hablar del orgasmo, del placer, de la eyaculación no debería ser un tema del que avergonzarnos.
La sexualidad es una de las fuerzas biológicas impulsoras de la vida. Es cierto que en la sexualidad no solo entra en juego el instinto de supervivencia, también entran en juego las emociones, lo espiritual, el valor del momento sexual con otra persona, etc.
Analizando el reino animal, y siempre desde este punto de vista, el hombre y su pene son de los pocos mamíferos que no tienen hueso en él. El sistema del ser humano es mucho más sofisticado y perfeccionado que el de otras especies que disponen de báculo para ayudarles con la erección. Además comparando con otros primates el ser humano dispone de un pene proporcionalmente más grande casi que cualquier otra especie.
Esto tiene su sentido y es que las mujeres (hablado siempre de modo heterosexual porque me baso en el instinto de supervivencia como especie) somos inteligentes y nuestra naturaleza nos hace identificar,a nivel evolutivo insisto, el tamaño del pene con la potencia.
Ello se debe a que el macho desea encontrar pareja que quiera gustosamente aceptar su esperma. No como en los primates donde la hembra deseosa de asegurar la descendencia copula con todos los machos adultos. Por lo tanto lo importante en los primates son los testículos dado que se trata que sobreviva el esperma de uno sobre el de todos los restantes machos.
La vida sexual de los primates es así de simple, la nuestra no tiene nada que ver, tenemos relaciones por infinidad de motivos: porque deseamos expresar amor, porque queremos pasarlo bien, porque queremos descendencia, porque nos aburrimos, porque queremos hacer ejercicio...
Tenemos que tener todo esto claro, que la sexualidad es uno de nuestros mayores tesoros, pero que nuestros órganos sexuales son delicados y frágiles.
Los
mitos sobre la masturbación son eso, mitos, masturbarse es del todo
benficioso para ambos sexos, te permite conocerte más, estar en forma,
liberar estres... aunque nunca ha de suplir la actividad sexual con la
pareja. mantener la buena salud de los órganos sexuales ayuda a que se lleve la vida de manera más gratificante. Mantener relaciones sexuales saludables rejuvenece, es decir libres y sin tensiones, con ello se fomenta el compañerismo y la satisfacción emocional. Básicamente hace sentir bien, pero ha de ser de forma saludable, insisto en esto.
Y para aclarar términos, los orgasmos masculinos son algo externo, mas fácil de entender, mientras que los de la mujer son más misteriosos y diferentes entre mujeres. Los hombres raramente entienden el tener relaciones sexuales sin orgasmo mientras que las mujeres pueden estar disfrutando muchisimo y no tienen porqué llegar a él. La ausencia de orgasmo en la mujer no significa per se que no estén disfrutando de la relación sexual. El hombre suele tardar de media entre 3 y 5 minutos en llegar al orgasmo, mientras que la mujer puede que tarde el cuádruple de ese tiempo. Son cosas a tener en cuenta a la hora de tener relaciones sexuales. Lo importante es disfrutar, sin presiones, con la mayor confianza posible y como todo en la vida experimentar, cambiar, probar cosas para hacerlo diferente, más apetecible.
Es por ello que todos deberíamos ser capaces de hablar de algo tan importante y especial y de conocer en pronfundidad nuestros respectivos aparatos genitales. En caso que no lo conozcas bien y aún a riesgo que creas que lo conoces, repasar información sobre ello, acudir a especialistas en caso de algún problema, puede ser más que recomendable para no convertir algo que podría ser una nimiedad en un gran problema.
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