El tacto, ese sentido que nos une.

Tanto tiempo dedicada a las terapias manuales me ha llevado hoy a reflexionar sobre el tacto. Hablando sobre las máquinas y el hecho que cada vez más están presentes en nuestra vida con una amiga, yo comenté que no tiene nada que ver un masaje dado por un sillón de masaje, por ejemplo, que por un profesional de los masajes.

¿Por qué digo esto? ahora vienen mi justificación. El primer sentido que se desarrolla en el ser humano es el tacto y durante toda la vida continuamos ligados a este sentido.Nuestra primera comunicación con el mundo es através del tacto, de la relación con nuestra madre y con nuestro padre.


Éste está intitmamente relacionado con la piel, que tras el cerebro es el órgano vital más importante. Cerebro y piel están conectados mediante el sistema nervioso. La piel es el órgano sensorial más extenso que poseemos, nos protege puesto que recubre los órganos internos, nos comunica con el exterior captando millones de sensaciones: frio, calor, dolor...; y regula la temperatura corporal entre otras cosas..

La piel constantemente está enviando información a cerebro. También tengo que ensalzar que la piel tiene capacidad para conducir electricidad, la cual se transmite entre personas mediante ella.

Las emociones pueden provocar que los vasos sanguíneos se expandan o contraigan, y en caso de emociones fuertes provocan que se amplifique la conductividad eléctrica que antes comentaba, tanto en las manos como en los pies. 

A través de la sensibilidad táctil, podemos conocer objetos con solo tocarlos, reconocer a las personas, como nos ejemplifican las personas ciegas. Hablar de la piel es hablar de tacto porque éste se encuentra en la piel.

Aunque recibe menos importancia que el resto de sentidos, el sentido del tacto es nuestra forma de comunicación más primaria y de manera subconsciente lo sabemos. No podemos evitar tocar a nuestros seres queridos, besar, abrazar. Es la comunicación sin palabras en estado más puro.

La estimulación a través del tacto es esencial para los estados de bienestar físicos, psicológicos y emocionales.  

Hemos de entender que cuando reprimimos emociones, cuando no expresamos correctamente, eso se sigue comunicando no verbalmente sino mediante la piel, en el sistema nervioso. Este desequilibrio se plasma en toda la estructura corporal y orgánica, provocando una descompensación energética que hace que nuestro cuerpo no funcione a pleno rendimiento. Y con el paso del tiempo, si la situación no se solventa, puede provocar efectos nefastos para nuestro organismo. Se crean nudos o bloqueos en el sistema simpático y parasimpático del sistema nervioso los cuales son los encargados de que funcionen bien, entre otras cosas, la musculatura así como las glándulas.


Una vez he explicado todo esto podéis entender mucho mejor la aparición de dolores. Emociones mal gestionadas o fuertes emociones tienen consecuencias en nosotros. Hablando de cuerpo emocional no podemos desligarlo del cuerpo físico. Mente, alma y cuerpo, como veis, están íntimamente relacionados.

Así pues podéis entender mejor como un profesional del tacto, como somos masajistas, fisioterapeutas, osteópatas podemos provocar lo que sería un efecto de re-equilibrio que, haciéndolo a nivel físico, mejora el emocional. Es un arte el hecho de saber tocar y como tocar piel, músculos... proporcionando, mediante multitud de técnicas a través de nuestra propia piel (junto con nuestra energía) una dosis de beneficio.

Pensad cuando acudís a una sesión, si hay una parte que os duele, pero al finalizar la misma, sea del tipo que fuere, os encontráis mucho más relajados, más animados, más tranquilos, y esa noche junto con las sucesivas, el descanso es mucho mejor.

Espero que todas estas explicaciones os hagan entender porqué siempre un masaje, ponerse en manos de un profesional cualificado, os puede reportar siempre grandes beneficios.


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