Esculpirse uno mismo
En 1966, Robert Rossenthal y Lenore Jacobson, dos investigadores de EE.UU. de la Universidad de California, en unas aulas de primaria realizaron una prueba. Tras practicar un test a los alumnos indicaron a cada profesor que un 20% de los miembros de su clase mostraba un "inusual" potencial de mejora de su capacidad intelectual. Era de esperar que fueran los que mejor rindieran al acabar el curso. Y así fue. Al finalizar el curso se confirmó que el rendimiento de este grupo había sido mayor que el del resto.
Pero aunque nada nos sorprende de lo dicho hasta ahora, resulta que los supuestos alumnos brillantes habían sido elegidos al azar, vamos que el test de inteligencia no se tuvo en cuenta.
Esto demostró que el rendimiento de un estudiante a final de curso viene enormemente condicionado por la imagen preconcebida que de él se han formado sus maestros a principios de curso.
Esto viene a demostrar, y otros experimentos así lo han comprobado, que los alumnos se aplican de forma muy diferente según la manera en que se sienten valorados por los educadores.
Así pues las expectativas que los demás tienen de nosotros nos afectan, bien nos dirigen hacia conseguir más cosas, superarnos; o bien nos hunden. Es el efecto Pigmalión según el cual quien cree en tí te ayuda a crecer y potencia tus cualidades.
Del mismo modo cómo nos tratamos a nosotros mismos puede repercutirnos en nuestro beneficio o en nuestro perjuicio. Si nos tratamos con cariño, nos valoramos, pensamos positivamente en nuestras virtudes y potenciales, podremos sacar lo mejor de nosotros mismos.
Cuando somos adultos lo mejor es ser nuestro propio Pigmalión e ir esculpiendo cada día nuestra personalidad y mejorarla. Para ésto es necesario que nuestra autoestima esté en un buen estado. Esto quiere decir que hay que confiar en uno mismo y no necesariamente quiere decir que tengamos que decirnos constantemente "soy genial", "soy maravilloso".
La autoestima mejora con la aceptación de las carencias, con la voluntad de sacar cualidades de los defectos propios, adoptar un plan de cambios realista y con objetivos claros y asequibles; pero sobre todo hay que saber rodearse de las personas apropiadas y apartándose de las personas tóxicas que nos limitan, infravaloran o envidian.
Recomendaciones:
- Busca tu mejor versión, tratar de ser mejor que el día anterior.
- Elige a quien creer, eso significa que preocuparte de la opinión de todos los demás no conduce a nada. Solo ha de importarte la opinión de quienes quieres y valoras.
- Acepta el rechazo, siempre habrá personas a quienes no gustemos y no nos quieran. Pero es igual que nosotros tampoco queremos o nos gustan todos.
- Valora lo bueno y lo malo: los fracasos no tienen porqué ser malos si somos capaces de aprender de ellos para no repetirlos. La experiencia no es más que la buena digestión de los errores que hemos cometido.
- Libérate de presiones ajenas. Hemos de estar a gusto con quienes somos y ser felices por ello. Hemos de delimitar nuestro lugar en el mundo.
Se trata de quitarse la idea de ser perfecto y dedicarse a esculpir con paciencia nuestros puntos fuertes, las fortalezas que poseemos, los dones. Y mientras hacemos eso limar nuestras asperezas, trabajar nuestros puntos débiles.
La ambición de ser mejores que ayer, de compararnos solo con nosotros mismos, nos lleva a querer llegar a cumplir los sueños, a que no nos rindamos ante las dificultades y puede que con el tiempo seamos eso que siempre hemos querido ser.
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