La comida, introducción a conceptos básicos sobre la ingesta de alimentos. Parte 1.

Hoy voy a comentar aquí, lo más resumido que pueda, nociones sobre la regulación de las pautas alimenticias y cantidades de alimentos que ingerimos y cuya regulación lo lleva principalmente a cabo el sistema neuroendocrino, es decir, el cerebro. En psicología también estudiamos el funcionamiento del cuerpo a nivel fisiológico, como es de lógica, dado que la mente está presente en todos los procesos.

Lo primero que tenemos que tener claro es que alimentarnos es una función necesaria e imprescindible para la supervivencia. Comemos para sobrevivir, esa es su función principal.

Teniendo esto muy claro otro concepto es el de homeostasis: el equilibrio del medio interno. La homeostasis es el concepto que Walter Cannon, fisiólogo del siglo XIX, determinó para referirse al equilibrio en que los organismos mantienen sus variables fisiológias internas dentro de unos límites, fuera de los cuales no podrían desarrollar su actividad vital. Equilibrio fundamental que rige a nuestro cuerpo y que se fundamenta en la necesidad de adaptarnos a los sucesivos e interminables cambios, internos y externos, que suceden en nuestra existencia, manteniendo las condiciones óptimas para que se desarrolle la actividad vital.

El sistema regulador de todos estos cambios y que se encarga de mantener el equilibrio es el sistema neuroendocrino. La conducta de la ingesta, de comer, es una conducta primaria o instintiva, así pues la capacidad de nuestro cerebro de reconocer las señales placenteras a través del olor o gusto de la mayoría de los alimentos, es un mecanismo imprescindible para que comer nos motive y, eso no es mas que con el objetivo de la supervivencia. Nuestro cuerpo y mente van de la mano, saben bien como ayudarse mutuamente.

Ahora tenemos que entender que es el metabolismo energético: que es un conjunto de reacciones bioquímicas que se dan en el cuerpo para generar la energía necesaria que nos permita crecer, desarrollarnos y mantener, en esas condiciones óptimas que antes mencionaba, tejidos y órganos que componen el cuerpo para llevar a cabo todas sus funciones.

Seguimos con más conceptos, reacciones anabólicas, son aquellas donde se sintetizan y acumulan compuestos que requieren aporte de energía. Y reacciones catabólicas, por las cuales esos compuestos de descomponen y obtenemos la energía que necesitan nuestras células para funcionar.  La tasa o índice metabólico no es más que la medición, a través del consumo de oxígeno, del gasto energético que se está produciendo en nuestro cuerpo.
Y la tasa metabólica basal, es aquella que refleja el gasto energético mínimo que necesita nuestro cuerpo para mantenerse, y que se mide con el cuerpo en reposo y en un ambiente neutro. 
Aquí decir, que solo para el mantenimiento del metabolismo basal, el cuerpo dedica entre un 45 % y un 75% de la energía que genera y que depende de edad, género, peso y composición corporal.

¿De donde se genera ese combustible necesario para la energía que necesita nuestro cuerpo? Pues lo que estáis pensando, la comida. Pero para poder utilizar esa energía tiene que descomponer en nutrientes simples los alimentos que ingerimos.
Esos nutrientes los dividiremos en 5 grupos:
1- hidratos de carbono: son los que más energía proporcionan en conjunto.
2- Lípidos: son los que más energía proporcionan directamente. Se ingieren a través de la dieta en forma de triglicéridos. Os suena ¿verdad?. Están formados, cada uno de ellos, por 3 ácidos grasos y 1 molécula de glicerol. Algunos de estos lípidos solo podemos lograrlos mediante la dieta, caso de los omega 3 y omega 6.
3- Proteínas: son moléculas complejas que constituyen principalmente nuestros tejidos corporales y desempeñan funciones específicas, son los técnicos, ya que actúan como enzimas, modulan reacciones celulares e incluso como anticuerpos. Sus componentes básicos son los aminoácidos, que son 20, y de los cuales 9 tenemos que ingerir a través de la alimentación porque el cuerpo no los sintetiza por él mismo. Los que genera el cuerpo se denominan aminoácidos no esenciales. Los que debemos conseguir por dieta, aminoácidos esenciales. Para que las células funcionen necesitamos todos, pero ya sabéis que los científicos les gusta liar un poquico.
4- Vitaminas: tanto de las vitaminas como de los minerales se requiere muy poca cantidad para que las células que conforman el cuerpo, funcionen correctamente y por eso se las llama micronutrientes. Además vitaminas y minerales actúan directamente sobre las células, no requieren trasnsformaciones como en el caso de los anteriores.
La función de las vitaminas es muy importante porque liberan y aprovechan la energía que producen hidratos de carbono y lípidos, además de construir y mantener los tejidos corporales.
5- Minerales:  son potasio, sodio, magnesio, hierro y zinc, son imprescindibles para la regulación del balance hídrico del cuerpo (aprovecho a recordar que tenemos un alto porcentaje de agua), para que los riñones funciones bien, además que también participan en producir energía. 

Hay que tener claro, después de todo esto, que la conducta de ingesta no se restringe solo al proceso de alimentación. El motivo de que empecemos a comer o dejemos de comer, comporta muchas variables que no puedo resumirlas en un post. Hay que conocer bien las características del sistema digestivo, su funcionamiento, así como del sistema neuroendocrino.

Está claro que el organismo necesita mantener ese estado óptimo, esa homeostasis, y la ingestión de alimentos, esa energía que proviene de comer, se torna fundamental para ello.

No voy a entrar en explicar el funcionamiento de todo el sistema digestivo, hace años hice un post al respecto que podéis buscar si queréis más información. Lo que sí diré es que existe una fase de absorción donde se llevan a cabo los procesos de transformación de los nutrientes en los compuestos fundamentales (que ya he mencionado) que son captados por las células para llevar a cabo sus funciones metabólicas, que también he mencionado más arriba.

Y existe otra fase que es la de ayuno, etapa del metabolismo energético en la que no ingerimos alimentos. Aquí se produce la liberación de la glucosa. Glucosa: es el  principal elemento que usan las células para obtener energía. El organismo puede conseguir glucosa a través de hidratos de carbono directamente o mediante procesos metabólicos de ácidos grasos y/o proteínas. Es en el hígado donde se almacena principalmente la glucosa, aunque también y en menor cantidad, en los músculos.
Después que se libera la glucosa y se transforma, para que puedan lograr la energía que necesitan las células,  pasa a la sangre. A la vez se facilita que los triglicéridos, almacenados sobre todo en los músculos, pasen a ácidos grasos y se liberen también a la sangre. De esta manera  y mientras que no ingerimos alimentos, el cuerpo tiene energía suficiente para que se garantice el funcionamiento del sistema nervioso central, al menos.

Si el ayuno sigue, las células usan como combustible los ácidos grasos obtenidos de la degradación de los triglicéridos que se habían almacenado en los adipocitos: Los adipocitos, son la reserva energética del cuerpo. Los adipocitos o lipocitos son las células que forman el tejido adiposo. Es un tipo celular derivado del fibroblasto (tipo de célula residente del tejido conectivo propiamente dicho, ya que nace y muere ahí) cuya principal función es almacenar lípidos, en concreto triglicéridos y colesterol esterificado, como reserva energética.
Espero lo vayáis siguiendo y vayáis relacionando como funciona nuestro cuerpo.

Me quedo aquí y os adelanto que la segunda parte versará sobre las señales que hacen que nuestro cuerpo tenga hambre, que el cerebro lo interprete y los mecanismos subyacentes a todo esto. Eso incluye los factores ambientales y sociales, la palatabilidad alimentaria, etc.

Espero os resulte de interés y gracias por escuchar, como siempre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Renuévate con cada estación

Tres meses

Presencia