Reflexiones dentro del confinamiento

Se suele decir que los mejores textos surgen de las peores situaciones.

Una cosa que siempre me ha sucedido, es que cuando he sentido dolor en circunstancias de mi vida, aun sin saber bien la razón, escribir me ha ayudado a gestionar lo que me pasa.

Hay dos acontecimientos vitales que me han marcado y han hecho que mi vida diera un salto cuantitativo hacia el lado más íntimo y espiritual. Encrucijadas.


Cuando era más joven, tenia la sensación todo el rato, de no pertenecer al lugar donde estaba ni con quien estaba. Todo mi afán era hacer sentir bien a otros, buscando un lugar que no estaba preparada para entender ni vivenciar que estaba en mi. 

Después de años de trabajo y el primer acontecimiento vital, impactante, de mi vida, el suicidio de un amigo. Descubrí que era en mi donde podía hallar la paz y la calma. Pocas personas saben de este suceso y lo que a nivel personal me supuso, ahí anidaban muchos sentimientos y emociones, eso me pasó con 23 años.

De ahí fui vivenciando muchas cosas, desengaños amorosos, decepciones, muchas alegrías, muchas amistades nuevas también, vamos como todo hijo de vecino, que no es cosa mía, aunque en su momento así lo creyera. Cosas de la edad. Que no todo es malo, aunque cale más hondo por lo que ahora sé que la mente se encarga de recordarte.

El caso es que en 2012 llegó la siguiente batalla, esta a nivel físico. El diagnóstico de la enfermedad de Crohn. Una enfermedad autoinmune, donde está afectado desde la boca hasta el ano y a mi me pilló todo el pack que te puede tocar. Fiebre a diario, dolores musculares y articulares, mareos, parestesias, sindromes, carencias de vitaminas, incapaz de comer solido... un sin fin de pequeñas y diarias torturas que, solo el que sufre este tipo de enfermedades sabe. Y practicamente me lo comí solita, porque ante determinadas circunstancias hay personas que deciden que no son capaces de estar a tu lado, otras que no terminan de creerte dado que no se ve, otras no tienen la voluntad y otras sencillamente pasan. Pero de ello saqué muuuuchas cosas que me sirven para lo que hoy sucede y personas que estuvieron, algunas que intentaron estar a mi lado y otras que desaparecieron.

fueron meses de confinamiento, por cojones y enferma, así que tengo un diario de batalla, donde ahí acudo en estos días. Precisamente este blog lo arranqué cuando tuve la suficiente fuerza física para permanecer medio tumbada y poder escribir.

Mi aprendizaje de ambas experiencias fue impresionante, la fuerza y la voluntad de saberme muy sola, aunque no en soledad, lo averigué ahí. Aunque bien es cierto que queda siempre un halo de nostalgia de lo que te gustaría recibir cuando pasan estas cosas pero ahí también descubrí que eso son apegos propios y que no es justo culpar a otros, cosa que sigo trabajando y que no dejo de aprender a querer bonito, a mi y a los demás.

Al final, cosa de pertenecer a la misma especie y estar hechos de las mismas cosas, todos queremos lo mismo, que nos cuiden y nos quieran. Eso sí, mi madre, aunque no quería saber exactamente qué me pasaba y sufrió mucho, estaba todos los días ahí, muchas veces solo venia y me abrazaba. Para que luego no diga que tengo la mejor madre del mundo.

En fin, que todo esto es porque de esta época tan oscura para mí, salió algo tan brillante y maravilloso como el yoga y la meditación, la lectura, la escritura y el aprendizaje de emociones jodidas pero que anidan en nuestro interior. Algo que tantas alegrías me ha dado y me da hoy día, que por eso comparto.

¿Quien no crece cuando te obligan? o  lo haces y lo superas, o te conviertes en un ogro. Conocí y tengo relación, con algunas personas que estaban pasando por lo mismo que yo. La asociación de enfermos de ACCU me ayudó mucho en esos momentos. Sinceramente, creo que gracias a ellos y a mi infinito afán de resignarme a estar así para los restos de mi vida con una medicación de la que aún tengo secuelas pero que me salvó de tener que quitarme un trozo de intestino, hizo que no me derrumbara y pudiera salir de ese gran agujero negro y ademas con una alimentación hiper sana, unos hábitos muy saludables y consciencia integral de lo que es cuidarse. ¿Os dais cuenta? era el compartir, el saberme entendida, lo que hacía que me sintiera mejor, protegida, porque todos pasábamos por algo parecido, como ahora, que todos pasamos por estadios y emociones parecidas.

Eso si que es fue sentir dolor. No sabía que se pudiera sentir tanto y tan dentro, aunque esto también sería debatible, solo que yo os cuento mi película y hablando en primera persona, es la vez que más me ha dolido absolutamente todo mi cuerpo por dentro y mi mente y mi corazón, porque te pasan muchas cosas por la cabeza y te decepcionan tantas otras cosas y gestos.

El caso es que cuando estás enfrentándote a situaciones que escapan a tu control, que no te han preparado para ello, afloran muchas inseguridades y miedos. El miedo a la muerte, todos tememos la muerte. Yo ya tuve mis palabras al respecto y ya estuve en terapia psicológica. Ahora la entiendo de otra forma y sinceramente, no la temo aunque evidentemente no la animo a que venga, la quiero lejos de mi y de los míos.

Pero debemos ser generosos con nosotros, con quienes queremos. Hubo una enfermera, majisima, que me decía que siempre tiene que haber un explorador que guía el paso de los siguientes que van detrás. En la vida unos tenemos unas experiencias que pueden ayudar a otros a superar ciertos trances. Igual no es justo y un amigo me decía dias atrás que ¿quien cuidaba al cuidador?. Es cierto.  Pero alguien tiene que tirar del carro, alguien tiene que orientar, que compartir, que cuidar.

También es cierto que hay que aprender a dosificar, atenderse uno mismo, porque cuando quieres y cuidas a otros corres el riesgo de perderte y de caer. Y probablemente no haya nadie que te recoja a ti o no sepa hacerlo como necesitas y te tienes a tí para eso también.

Mirad, en  Nepal, que tuve la fortuna de estar el año pasado y es algo que tengo muy presente, mis 11 días de trekking por los Himalayas, viajazo, por cierto. Me sucedió algo muy representativo. Hice varios grupos de whatsapp, porque encargué una tarjeta de allí, y me pareció que así seria mas fácil comunicarme y sentirme un poco "protegida", aunque tenia claro que si me pasaba algo no me amparaba ni la caridad. 
Pues apenas recibía mensajes, y cuando pregunté a varios amigos, muy buenos, por cierto, me decían que creían que los demás me estarían preguntando y estarian pendientes de mi.
Y lo que yo sentía es que no les importaba y que daba igual lo que me pasaba hasta que me dio por preguntar, quitando cierta personas a las que estaré eternamente agradecida porque me aguantaron mucho con mis mensajes, fotos y audios.

Así que, estos días, no deis nada por hecho. Entendamos que todos necesitamos querer y ser queridos, dar y recibir, un sano equilibrio. No solo la familia, amigos y conocidos están y se sienten como nosotros. Unos lo dirán, otros harán como que no pasa nada, otros estarán alterados o con altibajos, pero todos nos necesitamos y necesitamos sentir el apoyo de los demás.

Practicar ejercicio, practicar la meditación o técnicas de respiración y ventilar esas emociones de alguna manera, puede hacer que llevemos toda esta situación mucho mejor.

Hemos llegado hasta aquí ¿verdad? cada cual con sus experiencias, y ojalá que después de todo esto sigan las llamadas, sigan los gestos de cariño. 

Esta bien llorar, está bien estar tristes, enfadados, alegres, melancólicos, está bien dejar sentir lo que sintamos, estamos conectando con nosotros aunque eso nos asuste e incomode. 

Esto pasará, como tantas cosas han pasado y volveremos a salir, a reír, a mirarnos a los ojos y abrazarnos.

Mientras tanto, cuidémonos entre todos, que no se quede nadie fuera, que no demos por hecho que tal o cual persona está bien por el hecho de esta con alguien, por el hecho de estar acostumbrados a estar solos. Todas las personas que tenemos están en nuestra vida, lo están porque elegimos que lo estén, cuidemos de ellas y démonos cuentas que ellas son el verdadero regalo, lo que importa, sois lo importante. El resto son solo cosas. 


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