Mi COVID y yo

 Se de lo terapeútico de escribir. Entre otras cosas, este blog, es una recomendación de un psicólogo cuando sufrí mi primer brotazo de Crohn. Asi que, me desvío de mi divulgación variopinta habitual sobre cosas relacionadas con las relaciones, psicología, yoga y terapias naturales, para explicar mi experiencia con el COVID.

Si algo estoy contenta es que tomé la decisión de no impartir clases de yoga en enero de forma presencial. Si eso hubiera sido así, solo por estadística, entorno a 70 personas tengo que reciben clases de yoga, con solo un 20% de contagios, hubiera habido alguna persona contagiada. 

Llevaba ya una semana liada con la garganta, aunque por mi situación personal llevaba con febrícula desde el 13 de diciembre. Por si no sabéis que es le Crohn, es una enfermedad autoinmune donde el sistema digestivo está inflamado y, entre otros síntomas produce: fiebre, diarrea, problemas de absorción intestinal, fistulas, anemia, nauseas, fatiga, sangre en heces, cólicos, disminución del apetito... esas entre otras .


Con eso lidio muchas veces y, si me conoces, igual no te lo crees porque no lo parece. Pero bueno, ya creo que deberíamos saber que aunque algo no se vea no quiere decir que no exista. Así que a eso, le añado mi otro punto débil, la garganta. 


El hecho es que al final, lo que yo pensaba que era un empeoramiento de mi faringitis que había derivado en bronquitis (que ya me ha pasado muchas veces), pues resultó que finalmente fue COVID.

Y ahí empezó mi aprendizaje con el virus. 4 días de fiebre de 38,5 que me dejaron trapillo sin ganas de moverme. Que he tenido conversaciones con personas que me dicen "tampoco es tanto", bueno, eso depende, mi temperatura basal no suele pasar de 36.2, asi que con 37.5 yo ya me siento muy floja.

 Pues esos cuatro días, algunos con un dolor de cabeza diferente, es como si algo te aplastara el cráneo por dentro. Sí, lo sé es una descripción rara, pues intentad imaginaros lo que se siente. También calambres por todo el cuerpo otros dias. Ahí me acordaba de mi amiga Pili, cuando ella lo pasó, me decía que tenía la sensación como que el virus escaneaba tu cuerpo para ver por donde podía atacar. Pues algo así, otros días con un escaneo donde "algo" hace que te duelan las piernas, la espalda, brazos, muslos, costados, no me habían dolido nunca los costados.

Y aparece una congestión otros días, pero que no tiene mocos, asi que andas como congestionada con una tos seca, dolorosa, que hace que te retumbe el pecho y el alma, pero no sacas nada de mucosidad. Aun hoy sigo con la congestión y la tos, ya no tanto pero sigo y por lo visto, los profesionales de la salud mental dicen que puede ir para bastante largo. Así que, si estás pasando por un COVID complicado, paciencia y agua, mucha agua.

Ah, tampoco igual sabéis que con Crohn nuestros medicamentos son limitados en algunos aspectos, los antinflamatorios no son amigos del Crohn y solo nos lo mandan en contadas ocasiones porque pueden provocarnos un brote. Y antibióticos lo mismo, no nos valen todos y se cuidan mucho de cuando hemos de tomarlos.


Así
 que llevo tomando paracetamol desde hace demasiado ya. Eso, y jengibre, vitamina C, omega3, vitamina B12 y probióticos, y menos mal, porque sino... no sé.

Más síntomas, unos días con diarrea y nauseas, pero como eso me pasa a veces pues a saber si es de una cosa, de otra o de las dos. De hecho, ayer mismo tuve un dia...

Y luego tenemos la fatiga. Que si lo añades a mi hierro bajo, mi cansancio ya de serie, pues oye, que solo levantarme cuesta mucho, me tiro como una hora para levantarme.

Esto todo es aleatorio, como una tómbola. Y practicamente 9 dias así. No es mucho, si lo comparas con un año, pero es eterno si lo comparas con un suspiro.

Afortunadamente ya ha pasado pero no ha sido nada fácil. Hace ya muchos años aprendí que estoy sola en la vida, pero aún así, cada racha mala que tengo, pues sigo queriendo mimos y eso no siempre es posible por un lado, y otras no hay nadie que te de lo que necesitas cuando no estás para pedir nada, porque no tienes ni cuerpo, ni mente, ni ganas para ello. Todo un aprendizaje. 

A veces no nos damos cuenta de las cosas porque vamos muy deprisa. Pero hay muchas personas a la que la vida se les para. Unas son unos días, otros semanas. A mi con el Crohn casi 9 meses de baja, pero casi 3 años de una vida muy ralentizada y prácticamente 7  años para diagnosticarlo, desde que dijeron que era intestino irritable a mis 24 años.

Eso sí agradezco infinito los mensajes, esas compras que se me han hecho, la sopita de cocido imprevista y las llamadas.

Cuando estamos malitos necesitamos amor, en altas dosis, SIEMPRE va bien. La dosis de amor, de cariño, de besos y abrazos, nunca sobra.

Y bueno, cruzando los dedos para que no queden secuelas. Volviendo a ir en progresión, han sido muchos días volviendo a luchar contra fantasmas, volviendo a lidiar con la enfermedad. Encima se junta con una situación familiar complicada, con actividad en mi intestino que he de afrontar aunque reniegue de tomar medicamentos, con dudas, con falta de concentración, dolor de cabeza y con poca fuerza para hacer si quiera yoga, que tanto me ayuda, meditar era imposible con la tos, así que la verdad es que no ha sido facil de llevar y en ocasiones  complicado de gestionar emocionalmente.

Así que si alguien está pachucho, enfermo de lo que sea, la psicología recomienda lo siguiente:

- permite que se exprese y suelte sus emociones contigo, brindale tu apoyo y comprensión, empatiza y escucha activamente como se siente.

Aunque puede estar viviendo un momento difícil y complicado, percibir una actitud positiva y colaboradora es fundamental para superar (y afrontar) la enfermedad, la que sea. Recuérda que estás a su lado.

- anima a que tenga rutinas, aficiones, una tarea que le obligue a levantarse por la mañana y sentirse útil.... le dará motivos para seguir. Buscar un “motor” no siempre es una tarea fácil.

Aconséjale qué hacer pero sin “obligarle” a nada. Apoya sin presionar y deja que sea él o ella quien decida en qué momento está preparado para hacer cosas, permite que te cuente qué ha hecho de nuevo y como se va sintiendo.

son poderosas las palabras, siempre os lo recuerdo, y más para reforzar, animar, activar la capacidad de lucha y aumentar la autoestima. Utiliza frases como estas: ¡Seguro que vas a ir mejorando! ¡Estamos pasando un momento difícil pero tienes mi apoyo incondicional!

ayudar para ayudarnos, ayudarnos para ayudar.

Somos seres sociales, necesitamos la piel, el trato directo, necesitamos de los demás tanto como de nosotros mismos.

Y hay que defender la alegría, aunque estés malito, enfermo, que eso nadie te puede aliviar, no seas un ogro, no amargues, no preocupes en exceso, la alegría es intentar encontrar la parte buena dentro de la mala, al menos para mí. Porque sino, se me hace muy difícil, mucho más. 

Y cuidaos mucho, proteged la salud por encima de todo lo demás. amad a los que queréis, porque no siempre estarán ahí.

Gracias por escuchar y mucha fuerza si estás pasando por una enfermedad, la que sea. 



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