Descifrar las emociones nos ayudará.

Nuevamente escribo y reflexiono a la vez. Ultimamente las emociones diversas y variopintas han hecho mella en mi, se me han desequilibrado un poco y ello ha hecho que se convirtieran en "enemigas" por unos días, lo que hace que se acentúen las pequeñas debilidades que todos tenemos, pero lo más importante es mi toma de consciencia sobre ello.

Las emociones sirven para estimularnos interiormente, nos ayudan a protegernos, a compartir sentimientos, a rechazar, atraer... Si partimos de la definición de emoción, derivada del latín emovere, que significa remover, agitar o excitar, podemos entender que se trata del estado de ánimo de una persona. Esta variación intensa y cambiante del estado de ánimo conlleva una alteración fisiológica que nos prepara para afrontar las conductas ajustadas a las circunstancias que nos rodeen a cada instante.
 
* Imagen sacada de www.transformaccion.com.pe -
Existen 6 emociones básicas según el psicólogo social Paul Ekman: el miedo, la tristeza, la ira, el asco, la sorpresa y la alegría.

El miedo es quien nos alerta de algún peligro o algo que nos supone inseguridad. Es necesaria esta emoción puesto que sin él nos pondríamos en situaciones de riesgo para nuestra vida.

La tristeza es la que nos informa sobre el valor que tiene para nosotros una realidad. Supone constatar la realidad de unos vínculos afectivos importantes, intensos. Gracias a ella somos capaces de saber la importancia en nuestra vida de ciertas personas o circunstancias y poder tomar medidas si se puede para afianzar esos vínculos.

La ira o rabia nos hace ser conscientes de cuando se traspasan nuestros límites de seguridad y necesitamos defendernos. Es la que nos proporciona la determinación de actuar, la "agresividad" es la que hace que no permitamos lo que consideramos un abuso por parte de otros.

El asco es ese gran desagrado que sentimos respecto a lo que sea, normalmente alimento, olor... lo que hace que sintamos la necesidad de expulsarlo. Es una capacidad innata, sin ella no podríamos rechazar alimentos en mal estado por ejemplo.

Con la sorpresa descubrimos nuestra reacción ante lo que nos sucede, las cosas nuevas o lo que nos extraña. Gracias al aumento de nuestra atención debido a la sorpresa, asumimos mejor lo que nos sucede y decidimos si hay o no riesgo para nuestro bienestar o bien es una gran oportunidad.

Finalmente la alegría tiene la función, según los expertos, es la influir en los demás para favorecer las relaciones interpersonales, los buenos ratos. Gracias a ella manifestamos mejor los afectos y suavizamos las tensiones que se acontecen o se pueden generar a lo largo de las relaciones con los demás.

Para ser capaces de manejar las emociones, que no dejan de ser una herramienta que todos disponemos, se necesitan desarrollar ciertas habilidades. 

Ejemplo muy bueno que hay en la revista Mente Sana "Tenemos el caso de Marcos. Su esposa se encuentra de viaje de negocios por primera vez con su nueva empresa. Cuando cada noche lo llama por teléfono para explicarle cómo le van las cosas, compartir su ilusión y mostrar lo feliz y contenta que se siente con su nueva situación laboral, durante la conversación nota que él empieza a sentirse bloqueado y se muestra frío y distante.
Efectivamente cuando Marcos escucha hablar a su mujer totalmente emocionada y feliz, siente un fuerte nudo en el estómago, nota como su corazón late más deprisa de lo habitual, una cierta desorientación y confusión, como si de repente no supiese con exactitud en qué día vive, qué hora es o de qué está hablando. Se siente torpe con sus palabras y no consigue articular muy bien su pensamiento. Este es el primer requisito para lograr desarrollar una buena inteligencia emocional: ser capaces de tomar plena conciencia de las sensaciones corporales que acompañan al estado emocional que estamos experimentando.

Marcos, mientras escucha la voz de su mujer, que se encuentra a cientos de kilómetros de  distancia, toma conciencia de cómo está reaccionando: "Me siento tenso, tengo la boca casi seca y mis manos están ligeramente sudadas. Se me ha cerrado la boca del estómago hasta tal punto que casi no me deja respirar. Me doy cuenta que estoy ansioso y que estoy sintiendo miedo". Esto es el siguiente paso, transformar las sensaciones en palabras, nombrarlas y verbalizarlas para que nos ayude a identificar la emoción que estamos experimentando, en este caso el miedo.

Marcos establece una conexión entre el estado de ánimo de su mujer y su propia experiencia. "Me doy cuenta que cuando mi mujer me ha dicho que está muy contenta de cómo le está yendo el viaje, he pensado que tal vez no sea muy feliz conmigo, ya que yo la estoy echando mucho de menos y parece que ella a mi no tanto"
Con ello Marcos da el siguiente paso, ser capaz de establecer las conexiones entre emociones y ambiente que nos rodea, significar la experiencia en términos relacionales.
Una vez Marcos se ha dado cuenta de su emoción puede reconocer la necesidad de seguridad afectiva que tiene y expresársela a su pareja con claridad y delicadeza "cariño, me doy cuenta que me he puesto muy tenso y nervioso cuando te he notado tan contenta estando fuera de casa. La verdad es que necesito que me tranquilices y que me hagas saber que tu alegría por tu nuevo trabajo y por viajar y crecer profesionalmente para ti no es incompatible con nuestro proyecto de pareja. A pesar de la distancia necesito sentirte cerca de mi".
*Imagen sacada de www.bibliodiversia.com

Con ello, si somo inteligentes emocionalmente, nuestras emociones nos pondrán activos y nuestra mente marcará el siguiente paso de forma natural. 

Ser capaz de expresar nuestras emociones es imprescindible para nuestra propia estabilidad. Poder expresarlos libremente con alguna persona de nuestra confianza nos ayudará a poder hacerlo cada vez de manera más fácil, proporcionándonos así mejores relaciones con nosotros mismos y con los demás.  Ello se notará igualmente en nuestro estado de salud y nos convertirá en mejores personas.


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