Somos lo que comemos
Comienzo este post con la frase que escribió el filósofo y antropólogo Ludwig Feuerbach en el siglo XVIII. Durante los últimos decenios la ciencia ha comprobado como el tipo de alimentación influye en las neuronas y en las capacidades cognitivas. Sí, efectivamente, la alimentación ayuda o perjudica a pensar mejor, concentrarse mejor y, en definitiva, a vivir mejor o no. Dejo claro que mi visión personal es que es de cada uno la responsabilidad de esto que digo, dejemos de acusar a otros lo que recae en nuestras manos y, mejor dicho, en nuestra boca. La neurociencia ha ahondado en analizar los mecanismos como la sensación de hambre y la saciedad, sobre trastornos alimenticios como la obesidad o la anorexia y de como se ha comprobado, por ejemplo, que en la mente de una persona con peso excesivo se suceden procesos similares a los que tienen lugar en la mente de un drogadicto. Es como para tomar conciencia y cartas en el asunto ¿verdad? es el Sistema Neuroendocrino el que se