El espejo
Otro día más en que me encuentro con una lectura para compartir:
"Bajemos y comprobarás que no es cierto lo que dices", repuso él. "Es mi padre el que aparece en ese objeto y no una mujer".
* Extraído y adaptado de Cuentos para aprender y aprender de José María Doria.
"era se una vez un poblado situado en las altas montañas que tenia la particularidad de no conocer los espejos. Por alguna razón desconocida, ningún habitante de aquella comunidad tenía un espejo ni se había visto reflejado en ninguno.
Hasta que un día, Ismael decidió adquirir esa misteriosa cosa llamada "espejo" que, según contaban sus antepasados, reflejaba a quien lo miraba. Así pues, Ismael encargó uno de esos objetos a un comerciante que, cada siete años, solía viajar a los valles.
Pasado el tiempo, el comerciante le hizo llegar su encargo, bien envuelto y protegido. Ismael, preso de emoción, corrió al sótano de su casa y lo desenvolvió cuidadosamente. Pero cuando lo hubo abierto y examinado, ¡oh, sopresa!en aquel extraño objeto apareció la imagen de su padre. Ismael, atónito, envolvió el espejo precipitadamente y se retiró visiblemente perturbado.
Aquella noche, mientras dormía junto a su esposa, se despertó inquieto y decidió volver a mirarse en el espejo. Descendió silencioso al sótano y, tras desenvolver aquella extraña cosa, volvió a ver reflejada la imagen de su padre.
Y así, noche tras noche, Ismael descendía sigiloso al sótano con el fin de asistir a la aparición de una imagen que no cesaba de repetirse y que tanto sorprendía.
Pero una noche, Astrid, inquieta ante las salidas nocturnas de Ismael, decidió seguirle, no sin temer el infiel encuentro de su marido con otra mujer más joven y hermosa. Cuál fue su sorpresa al observar que Ismael se dedicaba a gesticular ante un objeto colocado en un oscuro rincón de la estancia para regresar, después, a la cama. Astrid sintió deseos de comprobar qué era aquello que atraía tanto a su pareja: " Seguro que tendrá que ver con otra mujer", pensó.
Foto de enroquedeciencia.blogspot.com.es |
A la mañana siguiente, Astrid bajó apresuradamente al sótano, desenvolvió con cuidado aquel bulto y comprobó por fin que sus sospechas eran fundadas. Efectivamente, ante ella se encontraba otra mujer, más joven y hermosa, que tenía todas las trazas de ser el nuevo sueño de amor de su esposo. Aquella noche, cuando Ismael llegó a casa, Astrid, indignada, le espetó: "Me estás siendo infiel. He descubierto que todas las noches bajas al sótano y contemplas a esa mujer que aparece en el objeto que guardas envuelto con tanto cuidado".
A lo cual Ismael contestó: "Estás en un error, Astrid. No se trata de ninguna mujer. Ese objeto es un espejo que, según se afirma tierras lejanas, refleja a cada cual... Pero en este caso, sorprendentemente, lo que contemplo cuando me reflejo en él es la imagen de mi padre".
"Ni hablar", le interrumpió ella. "Me estás mintiendo. Yo he visto con mis propios ojos la imagen clara de otra mujer, que por la forma de mirar y moverse, tenía todas las trazas de ser tu amante"."Bajemos y comprobarás que no es cierto lo que dices", repuso él. "Es mi padre el que aparece en ese objeto y no una mujer".
Y así lo hicieron. Pero vez frente al espejo, Ismael seguía viendo a su padre y Astrid, a la joven. Fue entonces cuando Ismael propuso: "Astrid, solicitemos el fallo del sabio anciano. Seguro que su visión nos permitirá hallar la verdad y recuperar la calma".
Astrid acepto la propuesta y ambos se dirigieron a casa del anciano. Le expusieron sus contrariedades, pidiéndole que se asomase al objeto y dirimiera si lo que allí aparecía era el padre de él o una joven mujer.
El anciano asintió y, tras llegar a la casa y reflejarse en el objeto, dijo: " Ni es el padre de Ismael, ni la mujer que sospecha Astrid. Aquí solo se ve a un anciano".*
De este relato saco la conclusión que nuestra realidad no es más que el reflejo de nosotros mismos. "Vemos" de manera subjetiva lo que queremos ver.
Ante la gran crisis acontecida en el mundo, hay quien no ve más que una crisis económica por culpa de todos, otros ven una manipulación a gran escala, otros ni si quiera quieren ver nada porque ver la realidad oscura en la que están les aterra, y otros sencillamente vemos que hay de todo: bueno y malo.
Como el anciano cuando se miró ante el espejo, no hay que temer mirar, hay que intentar ver con los ojos de la mente y corazón unidos.
No querer ver, reflejar nuestros deseos y expectativas en lo que vemos, puede ocasionarnos un mundo que realmente no es el que existe. En el "espejo de la vida" no hay día que personalmente no desearía romperle por las atrocidades que se cometen, pero también es cierto que hay personas que hacen que con su reflejo, desee seguir luchando para que la visión de ese mundo sea solidaria.
foto sacada de necesitodetodos.org |
Bien es cierto que es un espejo donde te reflejas tu y los tuyos cada día, puedes manipularlo con lo que quieres, pero tarde o tremprano tendrás que ver lo que hay realmente, tarde o temprano alguien te dirá lo que te niegas a ver, o veras una imagen difícil de poder cambiar, de ti depende cerciorarte de qué estás viendo y cuan influenciado estás por la sociedad, por los amigos, por el sistema...
Aprender a mirar, es difícil y es un trabajo interno. El cambio ha de estar en uno mismo, desde uno mismo. Por eso hay veces que lo que mas aterra ver, es como es uno en realidad.
* Extraído y adaptado de Cuentos para aprender y aprender de José María Doria.
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